Siempre unidas. Son como uña y carne, como un bocadillo sin aceite, como una mañana sin despertador, como una peli vista con la luz enchufada, como una calculadora que analiza frases de castellano. Siempre juntas, pegadas a menos de diez microsegundos. Una sonrisa, mil más. Ocho sonrisas, ocho mil más. Un problema, una solución. Una lágrima, nada que temer. Una pérdida, todo un apoyo. Una vida, un conjuto de situaciones alucinantes. Con luz encedida, siguen ahí. Con luz apagada, más pegadas todavía. Un temor, 7 cosas por las que dejar de temer. Una canción, mil significados. Un bocadillo, un zumo. Un desperdator, toda una mañana para disfrutar. Una noche, mil secretos inconfesables. Un secreto, deja de ser secreto. Una luz, una via para escapar. Una estrella fugaz, algo condecido.
EL FIN DEJA DE SER FIN PARA CONVERTIRSE EN PRINCIPIO.
EL FIN DEJA DE SER FIN PARA CONVERTIRSE EN PRINCIPIO.
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